El legado es un concepto fundamental en el derecho de sucesiones, aunque a menudo es menos conocido que la herencia. Es una disposición testamentaria a título particular, lo que significa que a través de él, el testador (la persona que hace el testamento) puede dejar uno o varios bienes concretos a una persona o institución específica. A esa persona que recibe el bien se le llama legatario.
A diferencia del heredero, que es un sucesor universal que recibe la totalidad o una parte del patrimonio del fallecido (tanto bienes como deudas), el legatario solo recibe un bien o derecho determinado. Mientras el heredero asume una responsabilidad global, el legatario tiene un rol más específico y limitado.
Tipos de legados más comunes
Existen varios tipos de legados, pero los más frecuentes y útiles son los siguientes:
- Legado de cosa específica y determinada del testador: Este es el tipo más habitual. Se da cuando el testador deja un bien concreto que es de su propiedad en el momento de redactar el testamento, como una joya, un coche, una vivienda, o una obra de arte. La gran ventaja de este legado es que el legatario adquiere la propiedad del bien desde el momento del fallecimiento del testador, aunque deba solicitar su entrega a los herederos.
- Legado de cantidad: En este caso, el testador deja una suma de dinero específica. Es un legado muy práctico para dejar una cantidad a un familiar o amigo que no es heredero, o para cumplir la voluntad de dejar un remanente económico a alguien sin necesidad de que participe en el reparto global de la herencia.
- Legado de cosa ajena: Este tipo es más complejo. Se produce cuando el testador deja un bien que no le pertenece en el momento de hacer el testamento. En este supuesto, los herederos tienen la obligación de adquirir ese bien para entregárselo al legatario, o de darle su valor económico si no fuera posible su adquisición. Es una forma de cumplir una promesa o un deseo, aunque el bien no esté en posesión del testador.
- Legado de derechos de crédito: Mediante este legado, el testador deja a un legatario el derecho a cobrar una deuda que un tercero tenía con él. En esencia, la deuda pasa a ser del legatario, quien será el encargado de reclamar el pago.
¿Cuál es la diferencia entre legado y herencia?
Esta es la clave para entender el concepto. La principal diferencia radica en el tipo de sucesión y las responsabilidades que conlleva:
Heredero: Es el sucesor universal. El heredero ocupa el lugar del fallecido en todas sus relaciones jurídicas. Por lo tanto, recibe todos los bienes y derechos del fallecido, pero también sus deudas. Si acepta la herencia, debe responder por ellas, incluso con su propio patrimonio si las deudas superan a los bienes, a menos que acepte la herencia a beneficio de inventario. Esta figura jurídica le permite separar su patrimonio personal del de la herencia, respondiendo de las deudas solo hasta donde alcancen los bienes heredados.
Legatario: Es el sucesor a título particular. Solo recibe un bien o derecho específico y, por regla general, no responde de las deudas del fallecido. Su posición es más segura, ya que su única función es recibir el bien legado, sin asumir ninguna carga adicional del patrimonio del testador.
En un testamento, pueden coexistir herederos y legatarios. Por ejemplo, una persona puede designar a sus hijos como herederos universales y, al mismo tiempo, dejar un legado a un sobrino o a una institución benéfica. Es una herramienta que otorga una gran flexibilidad.
¿Por qué es importante considerar un legado en el testamento?
Incluir legados en un testamento es una herramienta muy útil por varias razones que van más allá del simple reparto de bienes:
Protección de bienes concretos: Permite asegurar que un bien específico, con un valor sentimental o material único (como una joya familiar, una colección de libros o un inmueble), vaya directamente a la persona deseada. Esto evita que ese bien forme parte del reparto global de la herencia y se quede fuera de cualquier disputa o negociación entre los herederos.
Evitar conflictos familiares: Un testamento sin legados, donde todo se reparte en porciones iguales entre los herederos, puede generar problemas si un bien concreto tiene un valor especial para un solo heredero. Por ejemplo, si un padre quiere que su hijo mayor se quede con la casa familiar y que el hijo menor reciba una suma de dinero equivalente, el legado es la vía para dejar esto claramente establecido y evitar disputas futuras.
Disposición de bienes a no herederos: El legado es la única forma de dejar bienes a personas que no son herederos forzosos, como amigos, vecinos, una pareja sin vínculo legal, un cuidador o una organización benéfica. Permite al testador extender su voluntad más allá del círculo familiar directo.
Mayor control sobre el destino de los bienes: Al dejar legados, el testador tiene un control más preciso sobre el destino de su patrimonio. Mientras los herederos deben ponerse de acuerdo para la partición, un legado ya especifica qué bien va a qué persona, simplificando la tarea y asegurando que se cumpla la voluntad del fallecido.
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